"La literatura nos separó:
todo lo que supe de ti
lo aprendí en los libros
y a lo que faltaba,
yo le puse palabras"
Cristina Peri Rossi
Vas con piel de kevlar, recibiendo balas y palos de esta vida traicionera, llena de desengaños.
Aprendí algo, dos cosas en verdad, tarde, como todo aprendizaje. La primera es que a veces no hace falta
convencer al otro de que te quiera.
Y la segunda es que las vaquitas de san antonio no se dejan fotografiar por desangelados.
Necesarias noches de tristeza y vino,
traen consigo, inevitables mañanas de desahogo.
Amaneceres intransitables de angustia
conllevan atardeceres con sabor
a cielo de tus labios.
Tuve vidrio molido en la cabeza
la noche aquella que dejaste de hablar.
Aquella noche que decidiste que la Luna fuera toda la conversación.
Cuando decidiste el silencio, se lleno de sentido la nada.
Cuando dijiste silencio, lo rompiste. Cuando llamaste "futuro" a eso que ocultabas, empezó a ser pasado en ese mismo instante. Como ahora, lo que estoy escribiendo comienza a envejecer.
Desde ahí hasta acá, hice y rehice todo lo que pude los caminos pasados.
De ahí hasta acá, jugué con el fuego, en la yema de los patas, a que te podía rozar.
De ahí hasta acá, me descubrí descubriendo que no hay nada más lindo que la espera cuando algo sucede....y nada más triste que la dilacion eterna de aquello que nunca jamás va a volver...
Ay de nosotros mosquita, la mentira dura mucho en silencio, y la buena felicidad dicen que no se nota.
El próximo diluvio te vuelvo a ver...
Adieu! Bye Bye! Aufwiedersehen!